Picnic de Palabras

La gestora de esta iniciativa de lectura compartida habla con Entremares Magazine sobre el poder transformador de la lectura.

por Lina Peralta Casas

Picnic de Palabras es una iniciativa de lectura compartida que nació en Bogotá, Colombia en junio del 2012. Actualmente tiene lugar en Colombia, México y Argentina, en un total de 5 ciudades: Bogotá, Medellín y San Agustín en Colombia, Monterrey en México y Buenos Aires en Argentina.

Un grupo de voluntarios se reúnen en un parque de la ciudad e invitan al público general a participar de una experiencia de lectura en comunidad. El enfoque es en literatura infantil y la idea principal es promover la lectura en niños, jóvenes y adultos, creando un espacio para compartir en familia esta experiencia transformadora. Picnic de Palabras se reúne dos veces al mes y se organiza bajo un toldo, junto a dos cobijas y alrededor de 200 libros.

Marcela Escovar, iniciadora y gestora de esta iniciativa, habla con Entremares Magazine sobre el poder transformador de la lectura y el futuro de Picnic de Palabras.

Entremares Magazine: ¿Cómo comenzó Picnic de Palabras?

Marcela Escovar: Junto con un grupo de amigos, con quienes compartimos nuestro amor por los libros, nos preguntamos por qué los índices reportados de lectura en Colombia son tan bajos y qué se podría hacer para compartir nuestro amor por la literatura en nuestro país. Nos preguntamos entonces cómo aprendimos a leer y recordamos que antes de las novelas y los cuentos, estaban esos libros llenos de colores, personajes y paisajes, que en pocas páginas nos hacían querer que la historia nunca se acabara. Así, pensamos que la clave para tener una población lectora es comenzar por los niños, fomentando hábitos de lectura desde pequeños.

Lo primero que hicimos fue llevar 25 libros, el primer domingo de junio de 2012, al parque de Alcalá y los exhibimos en cobijas. Así empezó la odisea de un sueño que con el tiempo se fue volviendo realidad. Quisimos darle la oportunidad a los libros de tomar sol, sacudirse el polvo y ser hojeados por muchos niños y leídos por muchos adultos que alguna vez fueron niños. Picnic de Palabras surgió como un espacio para compartir la voz, los intereses por los libros, y para decirles que sí a los niños que tenían la curiosidad de escoger libros para leer. De esta forma, Picnic de Palabras es una experiencia única en donde el niño elige y en donde el adulto le dice que sí.

Una cosa importante de mencionar es que los libros infantiles son muy costosos y esto reduce el acceso que las personas pueden tener a ellos. Además, a esto se suma el hecho de que muchas personas perciben las bibliotecas como lugares aburridos o encerrados, a los que no les interesa mucho ir. En Picnic hemos tenido la ventaja de tener una patrocinadora que nos ha ayudado con la adquisición de los libros y así lo que hemos podido hacer es poner los libros al acceso de la gente, de forma gratuita y en un espacio abierto que a las familias les gusta frecuentar.

EM: ¿Cómo concibe Picnic de Palabras el acto y el proceso de la lectura?

ME: Picnic de Palabras es una experiencia de lectura, de sensibilización, de conversaciones y de actos afectivos que nacen y se van fortaleciendo con el paso del tiempo. El corazón son sus libros, que escogemos y seleccionamos a partir de un criterio de lectores que es muy sencillo: seleccionamos aquellos libros que después de leerlos nos han revelado algo sobre nosotros mismos, nos han hecho cuestionarnos, nos han sorprendido o hecho reír, pero sobre todo han logrado transformarnos. Esto nos garantiza que esa experiencia estética y transformadora sucederá de una manera u otra en otro lector.

En Picnic de Palabras buscamos sensibilizar a las familias sobre los beneficios de la lectura: su valor afectivo como el punto de partida para establecer el amor hacia los libros, porque los niños asociarán la lectura con la voz de sus padres a lo largo de su vida. Este tipo de acciones son las que hacen la diferencia, pues si a los niños se les lee desde más temprana edad, mayores serán las posibilidades de que ellos continúen leyendo en el futuro. Así pensamos en reunirnos en un parque, en un lugar no convencional, que es divertido y al que las familias van como parte de su rutina de los domingos.

Nosotros creemos que para tener niños lectores es necesario dar ejemplo. Por eso esta iniciativa busca reconectar a los adultos con lo divertido que resulta leer, y sobre todo con lo maravilloso que es leer en familia. Nosotros queremos crear espacios de encuentro con las familias para mostrarles que es posible leer y que es muy fácil hacerlo. Esto lo hacemos poniendo al alcance de los niños una colección de libros infantiles, tratando de incluir tantos libros como podemos, con diferentes temas, autores y estilos de escritura. También queremos acercar a los adultos a que tengan un reencuentro con su infancia a través de estos libros.

De esta manera, y desde la experiencia, les probamos a las familias que los niños efectivamente tienen toda la disposición para la lectura y que les gusta que les lean pues entre más les leen más libros piden. Si los niños tienen libros a su alrededor, vienen a ellos naturalmente, buscando explorarlos, pues los ven como juguetes. Son los adultos los que pueden mostrarles a los niños que los libros son más que juguetes y esto se hace a través de la experiencia de la lectura, compartiendo su voz y sus experiencias.

EM: ¿Cómo se llevan a cabo estas reuniones, dónde se realizan, quiénes participan?

ME: Somos en promedio cinco organizadores que, antes de cada Picnic, anunciamos el evento por redes sociales para que la gente que nos sigue se programe. En cada Picnic hablamos con las familias, les contamos de qué se trata la iniciativa y les tomamos sus datos de contacto para avisarles sobre el próximo encuentro. Al parque de Bogotá asisten en promedio unas 30 personas.

La propuesta ha consistido en llevar un mantel de picnic, cobijas para sentarse, y una colección de libros. Después de organizar todo, invitamos a las familias a que se acerquen y lean. Hemos observado que mientras los adultos lo piensan dos veces, cuando hablamos directamente con los niños, ellos son los primeros en decir que sí y vienen corriendo sin pensarlo. A Picnic de Palabras asisten personas que casualmente están en el parque ese día y también jóvenes que llegan por otros amigos o por redes sociales. La experiencia ha hecho que muchos regresen.

Todas las personas que han asistido han dicho que quieren recibir información y que les gusta la propuesta. Muchas han regresado y domingo a domingo nos hemos vuelto parte de la comunidad y del parque. Actualmente, tenemos más de 700 amigos en el perfil de Facebook, más de 800 personas han dado «like» a la página de fans y en nuestra base de datos figuran más de 1000 personas que han asistido desde que comenzamos.

En Picnic nos reunimos durante dos horas y entre libros e ilustraciones, hemos ido construyendo una comunidad de familias, jóvenes, niños y amigos lectores. La regularidad de las personas que asisten varía según sus ocupaciones pero alrededor del 50% de la gente que ha asistido ha regresado al menos una vez.

Picnic de Palabras es una experiencia para todos, para los que saben leer y los que no. Y lo único que se necesita para que sea posible es un libro, el deseo de leerlo y tener con quien hacerlo. Hasta el momento, procuramos rotar la colección para que en cada Picnic de Palabras las familias encuentren sus libros favoritos y al menos un libro nuevo.

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EM: ¿Cuál es el principal impacto que han observado que Picnic de Palabras tiene en las familias que participan?

ME: Lo que hemos querido es acercar la lectura a la gente, pensarla de una forma diferente, es decir, sacarla de las bibliotecas, del espacio cerrado, del silencio y ponerla al alcance de todos, al aire libre, en medio del ruido y la diversión. Así les hemos mostrado a las familias que leer es algo que se puede hacer en cualquier lugar y en cualquier momento.

A través de la lectura compartida hemos visto que es posible crear nuevas formas de relaciones afectivas. No solamente los niños se interesan más en la lectura al ver el ejemplo de sus padres, sino que además las relaciones entre ellos se enriquecen al compartir un especio, un tiempo de estar cerca compartiendo una acción. Picnic de Palabras les da la oportunidad a los padres de crear encuentros afectivos afortunados. Además hemos visto que al decirle que sí a los niños, les damos la oportunidad de empoderarse frente al mundo con un deseo. En general, hemos visto que el acercamiento a la lectura está mediado por el afecto.

También hemos visto que al cambiar el espacio y la forma de leer, las personas se acercan más a una práctica que transforma sus vidas. Hemos sacado los libros de las bibliotecas y los espacios cerrados y los hemos llevado a los parques, a un espacio abierto y público. También les hemos mostrado a los participantes que la lectura no tiene que ser una acción solitaria que se realiza en silencio, sino que puede ser compartida en voz alta, en un lugar con otros sonidos y dinámicas.

Además de esto, dos de las cosas que mas nos han sorprendido son, por una parte, la creación de una comunidad lectora a través de la confianza que poco a poco se va generando entre desconocidos y, por otra, la forma en que los niños crean su voz propia y empiezan a tener el poder de pedir los libros que les gustan.

EM: ¿Cuáles son las proyecciones a futuro de Picnic de Palabras?

ME: Picnic es un proyecto abierto que ha ido evolucionando solo. Según el impacto que ha ido teniendo, este espacio ha ido abriendo su propio camino, encontrando nuevas ciudades y participantes. Lo más importante hasta ahora ha sido el voz a voz y queremos que así siga siendo por ahora. Como es fácil de organizar y sencillo de replicar esperamos que siga creciendo y que vaya adquiriendo más importancia en las ciudades en las que está presente.