Entrevista: Mabel Petroff Montesinos

La actriz ecuatoriana revela un mundo de teatro, nómadas y tabúes.

Cuenca, Ecuador ~ Su cabellera azabache, revuelta, aún llevaba los rastros del remolino en el escenario. Ya no vestía las mallas negras, el corsé o la minifalda tutú. Dejó en el vestuario las máscaras, el látigo y narices de payaso. Ahora, sólo estaba envuelta en un vestido negro. El maquillaje, de ojos metálicos y labios voluptuosos, y su melena eran las únicas señales de que hace unos momentos era otra.

La actriz Mabel Petroff Montesinos estaba en casa: en el teatro y en Cuenca. Unos momentos después  del final de la obra “Ars Erótika”, Petroff volvía al escenario, esta vez como ella, para conversar sobre su mundo: el del teatro, el de nómadas, el de exploración y cuestionamiento.

Como buena hija de esta ciudad serrana cuna de artistas, Petroff revela una constante inquietud que la lleva a sumergirse en distintos campos para impulsar su búsqueda de nuevas formas y herramientas para la expresión artística. Así, encuentra en las artes circenses la entrega y el coraje para explorar los límites (del cuerpo y de las ideas) y en las artes marciales la disciplina, la estética y las nuevas formas de expresión corporal. Y esta exploración se manifiesta en sus trabajos como actriz, dramaturga y directora en el Teatro Brujo y el grupo Testaruda. Precisamente, en “Ars Erótika,” obra en la que trabaja con su “compañero de vida y en escena”, el también actor Bruno Castillo, se rompen los tabúes sexuales cuando una pareja decide explorar su relación y acción amorosa fuera de las convenciones.

En esta entrevista con Entremares Magazine, Petroff se revela como una andante de fronteras, entre México y Ecuador, entre el escenario y la vida — una gitana que aunque está siempre andando, también está siempre regresando.

 ~ Entremares Magazine