Cada día es un nuevo día

El fotógrafo Gabriel Mieles retrata la jornada de pesca en un pequeño pueblo de la costa del Pacífico ecuatoriano.

El día empieza temprano en Las Piñas, cuando el sol apenas roza el horizonte. Las diligentes redes se aprestan a recoger los peces que habrán de llegar a los mercados. Los hombres cargan sus herramientas, su almuerzo, algunas bendiciones, y se embarcan mar adentro con la esperanza de volver salvos, y cargados de aquellos tesoros escamados que ofrecen las profundidades. Mientras se alejan bamboleando sus barcas entre las olas, sus familias quedan a la espera del retorno, tejiendo más redes, afilando cuchillos y lavando contenedores. Pero, ¿cómo es la jornada del pescador?, ¿cuál es el tiempo que regula la espera en alta mar?, ¿qué se vive en la inmensa soledad?. En la gran novela El viejo y el mar de Ernest Hemingway, una línea describe poéticamente la diaria jornada del pescador: «Cada día es un nuevo día. Es mejor tener suerte. Pero yo prefiero ser exacto. Luego, cuando venga la suerte, estaré dispuesto.» El mar se abre, seduce, se ofrece; calmo, misterioso, a veces furioso, entrega sus frutos con cautela, a veces con generosidad. Terminada la jornada, devuelve a los hombres a la playa, mientras ellos gratos, en el silencio del regreso, ofrecen oraciones y comparten la jornada.

[easy-media med=»3607″ size=»600,430″ mark=»gallery-02Qgr4″]

foto1.GabrielMielesGuzmánGabriel Mieles Guzmán (Guayaquil, Ecuador). Fotógrafo. Estudió en la escuela de comunicación Mónica Herrera en Guayaquil. Tomó cursos de iluminación con Federico Zampaglione en la Universidad de Buenos Aires. Ha publicado en varios medios de comunicación impresos y digitales. Actualmente trabaja como fotógrafo freelance. Para ver más de su trabajo, visite gabrielmielesguzman.tumblr.com
Datos de contacto:  gabrielmielesg@gmail.com